Aconsejo al lector que lea mientras escucha la melodía...
Cuentan que todas las tardes, a
la hora en la que los jilgueros comienzan su bajo vuelo, se escucha a lo largo
de la calle una leve melodía que se escapa a través de una ventana. Cuentan que
la melancolía se apodera de la luz y enmaraña las sombras poseídas por las
notas de una música tan triste que rompe hasta el aire… cuentan que es tal la
tristeza que vaga que hasta podemos sentir su fría presencia… y cada tarde se
escucha una y otra vez, como un alma que vaga en el purgatorio, salida de un
órgano apocado en un convento, una lánguida sinfonía que vuelve grises las
flores y las hace suspirar como si de un duelo eterno se tratara…
Cuentan que esa triste melodía es
el llanto de alguien a quien se le partió el alma, son lágrimas de dolor
reflejadas en cada nota, quejidos lanzados al mismo cielo como un aullido mudo,
gritos silenciados por un pentagrama doloroso al que se le escapa la vida.
Sentimiento reflejado en una
clave de sol como un espejo rasgado…
Cuentan que los dedos que
acarician las teclas del órgano somnoliento jamás volverán a sentir la brisa ni
acariciar un alma, y es tal el dolor que transmiten que, cuentan, quien escucha
esa melodía queda invadido por una extraña sensación de tener un profundo
vacío…
Y suena una y otra vez, como
queriendo devolver al mundo a aquellos dos que esas mismas corcheas un día se
llevaron…su padre y su amigo…
Y a pesar de los años, cuentan,
que hoy, al son de la triste música, sigue llorando el rosal del claustro por
no dar rosas rosa para consolar el llanto de una Madre, por sólo tener espinas
para Ella, que bien merece pañuelo de seda blanco como las notas de su
pentagrama.
El órgano sigue sonando porque
alguien puro lo golpea obsesivamente como si esa melodía pudiera devolverle
toda su infancia disfrutada al lado de quien más quiso, mientras viste de
pureza el hábito que la acompañará el resto de su vida, tarde a tarde, sentada
al órgano, musitando Ave Marías al son de Virgen del Valle… Su padre no pudo
dejarle mayor tesoro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario